FERNANDO MANZANARES

Los Girasoles. Van Gogh

BIOGRAFÍA

 

Nace en Sevilla en 1946. De formación técnica,

obtiene el título de ingeniero industrial en 1972.

 

Ocupa puestos de responsabilidad en grandes empresas hasta que, por

motivos familiares, se retira para volver a su ciudad natal. Es entonces

cuando siente la necesidad de escribir sobre diversos temas y utilizando

técnicas variadas, narrativa, cuentos, poemas, haikus y tankas, etc.

Su experiencia es muy breve, apenas dos años.

( 2007)

 

-SUS POEMAS-

 

Desde el ocaso

 

Desde el ocaso, en lo postrero,
admiro con melancolía el hermoso sol de media tarde,
el tiempo exacto en el que sopla,
aún con más fuerza, el viento de retorno.

Horas de dorada luz, contadme
que conserváis la lúcida inspiración de los versos tardíos,
el ansia irrenunciable del eterno amor,
el inolvidable calor de los jóvenes besos.

Decidme que, presumidas, guardáis el cofre dorado,
mimado en tierno regazo,
de vuestro tesoro bruñido de auroras.

No pretendáis, prometedme,
ser espuria mañana sino atardecer glorioso,
el reservado regalo de Dios
a los peregrinos puros del tiempo.

Inexorable, el lento girar
tiñó de naranja mis postreras horas
y abandoné, quejumbroso, vuestro refugio.

Más sé que habréis de permanecer hermosas, erectas, generosas,
perfumando con jazmín el camino
de los que, como yo, transitan,
reconfortados, hacia las estrellas.



Fernando©
22.7.2012

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Y de repente tus ojos…
cristal opaco que mira triste,
pupila al fondo que se esfuerza
en obsequiarme una sonrisa de antaño.
Con una pesada mochila
sobre mi espalda te he visto,
me duele saber y no poder llorar,
no abrazarte una vez menos.

Flor de otoño postrero,
hermosa pintura nacida entre azahares,
¿Dónde esos nardos?
¿Dónde el clavel que pisaste
de un mozo enamorado?
¿Dónde tu luz de tanta primavera?
En la tibieza de tus manos
Guardas el calor de tu cuna,
En la pintura seca de tus labios
Se inspiran las rosas que vendrán
y en tu bondad anidarán
las golondrinas de la iglesia.

Te vas madre, pero allí donde vas
te esperan tus enamorados,
el torero, aquél médico de Valladolid
y el que te ha esperado siempre.
Nunca se habrán enamorado los ángeles
como de esa niña de Triana
Que les pedirá el piano celestial
Para tocarles esa sevillana que te sabes tan bien.

No sabes lo que te quiero.


23.9.2010

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LLUVIA



Tiene que llover,
Ha de empaparse este papel
seco y desdibujado de palabras
que otrora fueron rosas rojas.
Ha de germinar de nuevo el lienzo
árido ya de viejos sueños en prosa
y exhausto de dulces caricias en verso.

Tiene que llover
sobre el suelo agredido, incoloro,
muerto por el despiadado sol del estío .
He de recordar la tierra empapada,
llenar mis entrañas de aire limpio
y observar el lejano traslúcido
con mil tonalidades de azules y verdes.

Tiene que llover
sobre mi almohada estéril,
sembrada de secas hojas caídas,
que hieren mis párpados sin sueño.
No puedo dormir, no cierro los ojos,
sobre este algodón amarillento y recio
olvidado de tantas lágrimas felices.

Invoco a Urano, a Saturno, a Júpiter
o cualquier otro Dios o planeta
para que la lluvia torrencial caiga sobre mí
y me inunde el tiempo suficiente
para que se obre el milagro, una vez más,
de la diosa naturaleza renovada.


12.8.2010

 

 

TE SUEÑO LUNA

 

Te sueño luna
y te vivo universo.
De algodón dulce llena
y de humanos lejana,
eres tú, sola para todos,
templada como la vida,
misteriosa como la muerte,
Beso tus crecientes
en auroras boreales,
y lloro tus menguantes
entre agujeros negros.
Ardo entre soles
explorando tu galaxia
y ahí estás, en tu sitio,
eterna musa, incólume diosa,
como regalo jamás entregado.
Porque eres tú, la luna,
fiel a la eternidad
y cada noche, rociada de suspiros,
miras abajo, mágica, enternecida
y nos devuelves a los virtuosos
la más bella imagen del amor.

26.7.2010

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TU PRESENCIA

 

Tu presencia apenas presentida
es sacudida inesperada,
aliento en la cara de aroma con rosas,
un poema deletreado.
La fuerza del huracán contenido,
de un sí y de un nó negado,
el calor de la lava en la piel
y la gracia que se espera del universo.

Tu presencia apenas presentida
es viento húmedo de poniente,
hielos en primavera,
verano de lunas nuevas
y la nada vestida de todo.

Tu presencia apenas presentida
es alimento final, deleite gozoso
razón, en sólo sí misma,
de mi mera existencia,
fin último de la creación,
que eres tú, aunque no estés.


4.5.2010

 

 

 

EL RELOJ

 

Te espero, mi amor, a la una
y a las dos sé que te quiero,
porque te sueño a las tres
y a las cuatro te desvelo.
A las cinco no te olvido,
a las seis me desespero
porque a las siete no estás
y a las ocho aún no me duermo.
A las nueve, ya sin luna,
completamente despierto,
sé que a las diez no estarás
y de todo me arrepiento.
Pero a las once hago un alto,
paro mi vida y te pienso,
y entonces te quiero tanto,
que a las doce por ti muero.

El reloj de mi muñeca
da las horas del silencio.


14.3.2010

 

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QUERIDO AMOR

 

Te contaré que hace frío, el otoño se deja sentir
Y el desván sigue sin arreglar, como lo dejaste.
Mientras te escribo se me hielan las manos
y esta noche he tenido que cubrirme con la manta 
que me dejaste sobre el armario,
no sabes cómo se agradece ahora el sol en los huesos.

Murió la gata negra, tan mimosa.
Cerró los ojos mirándome, parecía 
que me decía su adiós con una sonrisa
por tanto como la hemos querido,
pero tú no estabas para despedirla.
He llorado mucho y ahora estaré solo sin ella.

He arreglado un poco el jardín, recogiendo las hojas
que han caído con los vientos de ayer y anteayer.
Es lo menos que puedo hacer con las veces
que me dijiste que te gustaba ordenado.
Pero aún no he podado, lo haré uno de estos días
para que en primavera nazca la flor que te regalaba.

(He cenado una sopa caliente, es lo único que me apetece)

Y bueno, yo recuerdo mucho cuando tú estabas aquí, 
de hecho es lo único que recuerdo todo el día.
Voy de aquí para allá y de allá para acá como si fueras tú, 
como si tus ojos mirasen por mí todo lo que hago,
lo que me hablo yo solo y lo que te digo para contestarme
como si pensara por ti, sé cada palabra que me dirías
y cada mirada tuya cuando te cuento mis cosas.
Estabas tan atenta siempre. O me lo parecía.
Y es que nos quisimos mucho, yo te quise y tu me quisiste.

Por cierto, te has dejado en el armario la bata rosa que te ponías en casa.


1-12-2009


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Para ti

 

Incluso sin tenerte aquí presente,

Soy esclavo de tu risa imaginada,

Atado con eslabones de cada

Beso imaginado en tu boca ausente

 

En tus versos me sueño adolescente

Leyendo los poemas de su amada,

Mientras, en cada fría madrugada,

Implora por su amor al sol naciente.

 

Recibiendo tu luz de astros dispersos,

A lo alto de los sueños encaramo

La luna en mis nocturnos universos

 

Lee las palabras que aquí declamo:

En este humilde manojo de versos

Solo quería decirte que te amo

 

4 de Julio de 2009

 

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Aforismos de la soledad y la esperanza  

 

De tan cansado, hoy solo te necesito a ti
y espero que estés, presente o ausente.

Es tan intenso el vacío de tu ausencia
que, sin conocerte, pareciera que hoy es el único día que no estás.

De tanto soñar tus besos,
hoy ya no sé si son mis labios o los tuyos.

Hoy no existe para mí el tiempo ni la distancia
y es que te siento tan atrás y tan venidera…

Hoy el universo está al revés, estás aquí y estás ahí,
conmigo y sin mí, como yo contigo y sin ti.

Sé que no vendrás nunca,
¿Por qué entonces sé que te abrazaré mañana?

Quizás te sueñe tanto
porque espero que un beso tuyo me despierte.



23-11-2009

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DUERMEVELA

Quiero amarte dormido,
en el duermevela en el que todo es dulce,
imperecedero y perfecto.
Con los sentidos alejados,
que no toquen ni estorben.
Los sentidos son lanzas
hirientes de lo hermoso,
él tan vulnerable, tan débil.
Mientras duermo, te amo
sin límites, presente, toda,
y en el sueño se me aparece
la perfección, el ideal, lo sublime
que es en realidad el amor.
Duérmete amor,
durmamos siempre
para sentir esta realidad,
dulce e indestructible,
que yo necesito vivir
cuando estoy despierto.


10-11-2009

 

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PRUEBAS DE AMOR

 

Un solo instante sin ti,
el placentero dolor de la explosión contenida
que traga besos y caricias
jurados por siempre jamás.
Unas manos al vacío,
los oídos silenciosos,
los deseos reproducidos
a la luz de la luna
sobre mi piel desgarrada.
El llanto de la cruel ausencia
humedece tu imagen de amante triste,
paciente, apasionada y ausente.
Un acto de amor entre uno,
el gozo, hueco de tus caricias,
inventa tus manos sobre las mías
y el calor de tu besos agitados.
Entonces, mis suspiros enjugan tus lágrimas.


8-11-2009

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Heme aquí, en otoño


Heme aquí, amor, sin mí.
Una vez más
en este otoño largo y espeso,
que no promete primavera.
Desarreglado de hojas caídas
en mosaico de colores inertes
y huecos de yemas marchitas.

Heme aquí, trozos de mí
aglutinados con argamasa estéril
remedando, grotescamente, el todo que fui,
cuando lo fui alguna vez.

Dejé miembros de colores
por aquí y por allá, descuidadamente,
en el larguísimo caminar del duro verano
y ahora me falto mi yo entero.
No me reconozco en pardos,
ni en grises de pálidos muertos,
en realidad no sé reconocerme.

Tal vez tú puedas ayudarme
si me cuentas como me viste la primera vez
o como me imaginaste al menos.
Sí, amor, descríbeme que viste
y tal vez yo pueda dibujarme de nuevo,
sobre las ásperas rugosidades,
aquella primera luminosa sonrisa.

21.9.2009

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FANDANGOS (1)

 

Pá viví la vía entera
es tan bonito quererte
que hasta el día en que me muera
yo lo que quiero es tenerte
tó pá mí, junto a mi vera,
que así no importa la muerte.



Sin que ná te hiciera yo
tres puñales me clavaste,
uno que apenas me hirió,
del segundo me mataste
y el otro me revivió
porque así pude olvidarte.



De tanto que lo juraste
yo creí que me querías
y cuando más te creía
mi corazón te llevaste
a viví tu nueva vía,
tu misma te lo robaste.

27-07-2009

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El último poema

 

Con letras destiladas de mis huesos

desplomo en papel mi último poema

vencido el hombro por la edad postrema

y secos ya mis labios de tus besos.

 

Son mis letras de poeta retrocesos

a las noches vacías, de un sistema

en que los sueños mueren sin emblema,

yaciendo entre barrotes siempre presos.

 

Así pues, corro a oscuras las cortinas,

cierro el tintero, la pluma lavada,

y vuelvo del quehacer a mis rutinas.

 

Con el alma serena y enterrada,

guardo tu inspiración en las retinas

porque ya toca, amor, la retirada

 

 

Fernando manzanares

16.4.2009

 

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Fernando  

 

Bravo guerrero de tu estirpe,

luchador incansable de la palabra

bajo las luces del sol y de la luna.

Nunca te rendirás al desamor ni al odio,

te mantendrás firme y orgulloso

para ser faro en la oscuridad

y puerto en las tormentas.

Crearás ilusiones y escribirás la historia.

Sembrarás paciente tu cosecha futura

y mimarás cada hoja y cada flor de tu vereda.

Aprenderás para ser ayuda y lanza fuerte,

escucharás para ser bálsamo dulce,

acompañaras a los caminantes sin mirar atrás

y regalarás el agua que te mana.

Cuando tu piel esté ya tan madura como tu alma

mirarás a tus raíces y te sentirás feliz de la tierra fértil.  

Y entonces, amarás.  

 

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Sin permiso


Sin tu permiso invado, amor, la noche
besándote entre sábanas de seda,
párpados en sueños, tu boca queda
con el dulce sabor sin un reproche.

Sin tu permiso regalo mi derroche
amándote detrás de la arboleda
y sigo, paso a paso, tu vereda
inventando de tu alma el desabroche.

De tus ojos no aguardo la mirada,
ni del perfumado pañuelo espero
secar mis lágrimas de madrugada.

Más de los adentros, el yo más fiero
se quema silencioso en llamaradas,
que así te quiero, amor, asi te quiero.


Fernando Manzanares
7 de abril de 2009

 

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La plaza que lleva tu nombre



Anoche, ya madrugada,
fui desvelado a sentarme
en un banco de tu plaza,
esa que lleva tu nombre
y encierra entre cal tu alma.

Es una plaza pequeña,
ni redonda ni cuadrada,
con una fuente en el centro
en la que sonríe el agua,
antes de andar, generosa,
caminito de las plantas.

En una esquina, el naranjo,
con su flor que te embriagaba
en las noches de febrero
que anuncian Semana Santa.
Incienso de tu perfume,
azahar en mi solapa,
nocturno de cera y nardos,
de la Amargura en la entrada.

Al otro la buganvilla,
con flores y espinas malvas,
del color de los lunares
de tu traje de gitana,
que me escapaba hasta el cielo
al verte mientras bailabas
bien agarrá a mi cintura,
con clavos en tu mirada.

En los días de calor
te busco en la jacaranda,
con tus racimos de lilas
cayendo sobre mi espalda.
Flores que eran pupilas
el día en que, sonrojada,
como queriendo callarlo,
me dijiste que me amabas.

Los bancos son de azulejos
hechos a mano en Triana,
que los encargué pá ti
a un alfarero de fama.
En uno de ellos, tu nombre,
el que bendice la plaza,
y a su lado un corazón
con mi alma atravesada.
Es “Banco de Enamorados”,
que así las gentes lo llaman,
como sabiendo esa historia
que jamás fuera contada.

En la escarcha de tu banco,
anoche mismo lloraba
el apretar de tus manos,
y el dolor de tu mirada
cuando en la última luna,
¡maldita noche estrellada!,
te despediste de mí
en un hablar sin palabras.

¡Miles de besos me diste
y cuantos miles faltaban!
¿Dónde estarán tus Te Quiero
en esta noche callada?
¡Que triste suena la fuente!
¡Que fría ese agua helada!
Ya no huele el azahar
ni es lila la jacaranda,
que moradas son mis penas
y negro el aire que exhalan.

De luto vistió la noche,
las paredes encaladas
se hicieron hábitos pardos
en mi carne cartujana
y el dolor de un costalero
gritó tu nombre en voz alta.
Al fondo, como entre risas,
se entonaban sevillanas,
¿Quién tendrá ganas de cante?
¡Maldita sea toa su estampa!

Me retiré hasta los sueños
sin levantar la mirada,
que no quise ver las letras
de cerámica labrada
que el artista modeló
pá darle nombre a tu plaza,
y por dejarte un recuerdo
te dejé allí mis lágrimas.




Fernando Manzanares
6 de diciembre de 2008.

 

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NANA DE LA LUNA

(Para Beatriz)


Riela la luna,
rayos de oro,
meciendo la cuna
de mi tesoro.

Duermete cielo,
cierra los ojos
que yo desvelo
tras los cerrojos

A la nana, nanita
nanita, nana
te mira la lunita
tras la ventana.

Sueño de estrellas,
navega lejos
que iré tras las huellas
de tus reflejos

Y si despiertas
sigue volando
que abro la puerta
de vez en cuando.

A la nana, nanita
nanita, nana
te mira la lunita
tras la ventana.


Fernando Manzanares
19 de noviembre de 2008.

 

******

 

 

El camino

 

El amor es un camino

sin mapa de carreteras,

ni brújulas ni sextantes,

señalado por estrellas.

 

Es un recorrer sin prisas

entre la zarza y las piedras,

convirtiendo los diluvios

en manantial de agua fresca.

 

Es que sea verde valle

la larga y árida estepa

¡cuan larga la dura ruta

si no estuviésemos cerca!

 

Es un calentar los huesos

a la luz de la candela,

purificando dolores

en un fuego que no quema.

 

En un tomar de las manos

para saltar las riberas

y que en tan breve contacto

cuerpo y alma se den cuenta.

 

Es disfrutar de un segundo

transformado en hora entera

y que, transcurriendo el tiempo,

el tiempo es lo que no cuenta.

 

Son los ojos que se cruzan

y en un instante se sepan

todo lo ya caminado

y un “vendrá bien lo que venga”.

 

Es un hablar sin palabras,

un silencio que no yerra,

un reproche que se traga

y un ser de dos que se acepta.

 

Es un andar por la ruta

pretendiendo ser poeta

para reflejar en versos

este camino sin vuelta.

 

Es no importar dónde vamos,

que lo importante es la senda

si se juntan los caminos,

siendo el camino la meta.

 

9 de noviembre de 2008

 

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Pensarte a ti…


Pensarte a ti

es de repente salir corriendo,

descorrer los cerrojos,

abrir la puerta,

bajar las escaleras,


irme directo a esa botella,

descorcharla y oler

para descubrir ¡al fin!


la nota de vainilla

sobre el lecho aterciopelado

de mullidos taninos.


7-11-2008

 

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 NO IMPORTA

 

Eres como el universo.

 

No importa cuando apareciste

ni como te formaste

por la deflagración

de miles de galaxias.

Ni importa que existan

otros millones de soles

y de lunas y estrellas,

porque simplemente estás.

 

No importa que en otro tiempo

hayas provocado cataclismos,

mareas y desolaciones

y sequías e inundaciones.

Ni se bien como he llegado

hasta aquí, resistiendo

tus embates furiosos,

porque simplemente estás.

 

No importa que nunca

me hayas hablado

ni aspiro a que me hables jamás,

no es la palabra

lo que necesito de ti.

 

Porque eres luna

para mis noches

y sol para mis días,

templanza para mis fríos

y rosas para mi jardín,

eres color y calor,

eres primavera y otoño,

eres vida y muerte…

 

No importa nada

porque me basta sentir que estás.

 

16-10-2008

 

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Eres el amor de cuentos de hadas,

con joyas y ropaje de opulencia,

hermosura que duele con la ausencia

al sonar las doce campanadas.

 

Volcán oculto por el frío hielo

del invierno infinito de tu estepa,

quisiera ver carnosa y dulce cepa

bajo el sol que caliente al fin tu miedo.

 

Te sueño en esta insomne madrugada,

enjaretando versos cuando espero

que se inunde de luna mi almohada.

 

Si en tu silencio escuchas que me muero,

abre tu primavera enamorada

porque te espero amor, porque te espero.

 

28 de septiembre de 2008

 

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Otoño

 

Veo gotas de lluvia

que no regarán primaveras

ni formarán ríos

de fértiles riberas,

ni apagarán la sed.

 

Cae la última hoja, lentamente,

esa tan verde que refrescó mi verano

está ahora parda, ajada y vencida,

ya nunca volverá a ser joven brote

ni oirá el canto del gorrión.

 

Las rosas recogen sus pétalos

del jardín descolorido.

Quizás, quién sabe, vuelvan a pintarse

de rojo los labios

si es que hay enamorados.

 

El tiempo, inexorable,

trae hasta mí nuevos otoños,

en los que no me reconozco.

Mientras espero, sueño

que el frío sol del invierno,

acaso, entibie mi piel desnuda.

 

Gotas que son lágrimas

hojas que son páginas,

vientos que son suspiros,

tallos que son recuerdos,

ese es mi otoño.

 

28 de septiembre de 2008

 

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Quiero este amor inconsciente...

 

Quiero este amor inconsciente, conscientemente

quiero sentir sin amuletos esta magia de hechizos

quiero llenar de tí mi cuerpo y también mi mente

quiero tenerte toda para siempre, sin previo aviso.

 

Quiero morir de amor salvajemente

quiero tus abrazos, incluso huidizos

quiero vivir tus besos suavemente

quiero tus propósitos, olvidadizos…

 

Quiero escuchar tu verbo eternamente

quiero que temas el temor del hechizo

quiero que te dejes dulcemente

quiero bordear tus flancos fronterizos

 

Quiero tus barreras firmemente

quiero soñar tus sueños resbaladizos

quiero abrigar tu frío cálidamente

quiero ser para siempre tu eterno abrigo.

 

 

 

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Así te siento yo

 

Grítame en silencio, amor,

que te sientes la más feliz de las mortales

y te vives regalada

de ternura y sentimientos.

Porque así te grito yo.

 

Llórame en silencio, amor,

las ausencias de tu cuerpo,

no las de tu alma,

que donde estás yo estoy,

Porque así te lloro yo.

 

Ríeme en silencio, amor,

con el brillo que deslumbra

en tus ojos de cada mañana,

si al buscarte en el nuevo día

nos encuentras en la luz.

Porque así te río yo.

 

Compárteme en silencio, amor,

duélete y me doleré,

háblame y te escucharé,

convócame y acudiré,

ámame y te amaré.

Porque así te comparto yo.

 

Grita, llora, ríe y comparte…

¿Es que acaso no es eso amor

más allá de la ausencia,

del silencio,

y la distancia?

Porque así te siento yo.

 

 

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Si me ves…

 

Si alguna vez me ves

maldiciente y distante,

hurgando en heridas que hacen sangrar

y mis palabras te suenan como truenos

en la noche plácida y oscura,

que te desvelan de hermosos sueños…

 

No pienses que yo soy así,

es que simplemente no te tengo cerca

ni te alcanzo con las ganas extendidas de mis brazos,

ni siquiera mis ojos adivinan la hermosura

de tus manos acariciando mis recuerdos.

Es que la rabia de tu ausencia me transforma

en un ser distinto, ignorado de sí mismo,

que regala su dolor a quien más ama.

 

Porque en realidad yo soy

como me conociste,

el más dulce de los amantes,

llevo aún en mi espalda las toneladas de caricias

y de besos de piel suave

que no he llegado a darte.

Aún guardo los versos esperando

que se ahoguen en los ríos de tus ojos

 

Más como el lecho del río sin agua

es pedregoso y árido,

todo mi ser se vuelve ocre

si tu palabra está ausente

o se pierde en el espacio

del vacío que nos separa.

 

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Entre rejas

 

Juan la descubrió por la sorpresa que le producían el silencio y la expectación en la celda cuando, cada cierto tiempo, los reclusos se pasaban de mano en mano un papel arrugado que leían con avidez.

 

- ¡Otro cuento de la Puri!- Se corría la voz y todos se acercaban a escuchar. A veces se leía en voz alta y otras cada uno reclamaba su turno y se retiraba a leer en privado. Finalmente, alguien lo guardaba pero Juan fue haciendo poco a poco su colección con los que iba recogiendo tras la lectura colectiva.

 

Los textos eran muy diversos. Por lo general eran poemas que cantaban a la libertad y al amor, pero Puri escribía textos de todas clases. Los cuentos y narraciones sobre su infancia, sus vivencias, su casa y su pueblo eran tan sugerentes que producían entre los reclusos un efecto de añoranza y ternura que los sumía durante un tiempo en la melancolía, miraban por la ventana con los ojos perdidos y no atendían a la llamada al juego de cartas en las horas siguientes. Por su parte, los poemas eran bellísimos, expresaban rabia, rebeldía, amor romántico, trotes de amor...los reclusos los devoraban y revisaban el calendario para comprobar cuando tenían la siguiente visita vis a vis.

 

El penal de Santo Tomás tenía módulos de hombres y mujeres, separados completamente entre sí y con vidas y horarios diferentes, si bien el patio era común con una reja que lo dividía en dos partes pero que les permitía verse. La hora de ejercicio al aire libre solía coincidir en ambos sexos por decisión del Director, dado el efecto estimulante que producía en ambas poblaciones reclusas. De modo que no era infrecuente encontrar parejas charlando a través de las rejas durante la hora que duraba diariamente la salida al patio.

 

Tras leer los primeros textos y embriagado por su contenido, Juan decidió conocer a Puri. No fue difícil, bastó con situarse las horas suficientes ante la reja del patio y preguntar varias veces. Cuando al fin la vio quedó fascinado, nunca supo si era por el efecto de su escritura o era su físico, lo cierto es que él se enamoró perdidamente desde el primer minuto de ella. Puri era una mujer de facciones muy definidas, la boca de grandes labios, ojos negros de mirada profunda y turbadora y el pelo oscuro recogido en una cola atrás; de aspecto serio, no hablaba mucho, su semblante inspiraba respeto.

 

Verla no era lo mismo que conseguir que se acercara a la reja. Al principio gritaba su nombre en voz muy alta, pero ella parecía no oir, muchos otros la llamaban y ella nunca se daba por aludida. Casi siempre estaba escribiendo en un rincón, a veces, las menos, leía o hablaba con otras reclusas. La única forma que se le ocurrió a Juan de llegar hasta ella fue la de enviarle una carta. La escribió con mucho cuidado, él nunca fue escritor, su profesión era electricista, pero estaba embargado de la prosa de Puri y se contagió con facilidad. Le escribió sobre sus anhelos y sus sueños, los lugares que visitaría al salir, alguna vivencia....hicieron falta algunas cartas para que un día Puri mirara de reojo a Juan asido a la reja. Lo curioso era que Juan escribía ya con cierta facilidad, se metió en su fantasía y volaba por encima de los muros de la cárcel. Llegó a escribir al menos cien cartas, hasta que un día...

 

- Así que tú eres Juan. ¿Porque estás aquí?- Ella se acercó apenas a la reja sin tocarla.

 

- Me cargué a mi mujer y su amante de cien puñaladas. Estaban enganchados en mi misma cama. Tengo aún veinte años por delante para leerte. ¿Y tú?

 

- Tráfico de caballo. Me pillaron casi medio kilo debajo de la enagua porque mi hombre me dejó tirada. Tengo todavía algunos años para escribir aquí. Me gusta lo que escribes.

 

- Tu a mi me gustas mucho, Puri, escribes cosas maravillosas, pero al verte me gustan todavía más.

 

- No me llames Puri, los amigos me llaman Nereida, nombre de tempestades y huracanes.

 

Poco a poco Puri, Nereida, se fue acercando más y más a la reja. Juan se mantuvo siempre pegado a ella, asido fuertemente a los barrotes. El diálogo entre ambos se fue haciendo cada vez más rico, ella le pasaba textos nuevos y él, insólitamente, le seguía dando en la mano cartas que escribía durante la noche en su celda. Al principio su dialogo era sobre los textos, pero lentamente se fue haciendo cada vez más personal. A los dos meses sólo hablaban de ellos, de sus vidas, de sus anhelos, ya no había rejas ni reclusos más que ellos dos.

 

Una mañana soleada, Juan, se atrevió a decir:

 

- Nereida, yo te amo. Te amo y te deseo profundamente y haré lo posible porque estemos juntos, si tu lo quieres. Escribiremos juntos cuentos hermosos y nuestro amor será fuente de inspiración para los demás.

 

- Estás loco Juan, no se puede amar aquí. Confórmate con verme y hablar conmigo en el patio, no todos pueden, eres un afortunado.

 

- No puedo conformarme amor mío, saltaré las rejas, me fugaré, haré lo que sea por estar contigo...eres mi vida, ya no podré estar separado de ti.

 

Pasaban cada día más tiempo pegados a las rejas. Ambos solicitaron el servicio voluntario de limpieza del patio para estar más tiempo juntos y hablaban horas y horas con las manos asidas a las rejas...acercándose un poco más cada día.

 

El día que los ojos negros de Nereida se humedecieron ante él, Juan supo que su amor era correspondido. Se crearon entre sí un mundo infinitamente bello de amor, fantasía, poesía y deseo contenido que los mantenía en vilo, dejaron de comer y de dormir, no había horas en la prisión, ya no había siquiera barrotes, era mejor que la libertad, era su amor y sólo eso.

 

Se escribían durante la noche, no delante el uno del otro, sino cuando se retiraban, porque el tiempo en común era para hablarse, mirarse...y besarse. Un día, Juan apretó mucho su cara contra las rejas y consiguió rozar levemente los labios de Nereida. Fue tremendo...y terrible, la impotencia de ambos fue para llorar. Otro día, Puri tomó su mano, que apenas cabía entre los barrotes, y la puso en su pecho, los dedos de Juan solo lo rozaron.

 

La solicitud de una vis a vis fue denegada porque no había parentesco ni lazos sentimentales reconocidos, eran las normas del penal. La rabia de Juan crecía con el reconocimiento de su impotencia para resolver la situación. Amaba a Puri con verdadera locura y era correspondido por ella, su ansia era inmensa y su deseo, infinito.

 

Siguieron así semanas, meses. El entusiasmo no descendía, pero un sentimiento de impotencia iba creciendo dentro de ellos, no tanto de Puri, pero Juan se moría cada día un poco. Los textos pasaron a segundo plano, antes estaban ellos, sus ansias y sus pasiones. Ella intentaba poner sensatez, se conformaba, escribía sus sueños con la libertad en común que ambos, algún día lejano, alcanzarían. Él no podía.

 

Un día, en su rabia, Juan intentó saltar la reja del patio para tomar a Nereida entre sus brazos. Fue impedido por los guardias antes de poder hacerlo, azotado y encerrado 48 horas en una celda de aislamiento. Ahí se secaron sus lágrimas. Cuando Puri lo vio a los dos días, su cara había cambiado, su tristeza era infinita, apenas hablaba y pronunciaba monosílabos y palabras inconexas. Hacía 4 meses que su amor había sido concebido. Juan escribió una última carta a su amada:

 

“Mi querida Nereida: Llevo encerrado mucho tiempo, pero nunca sentí tanto la falta de libertad como desde que he recibido y saboreado tu amor. Me sentía dispuesto a pasar los próximos 20 años aquí encerrado entre estas rejas, haciéndome un hueco en la vida, la que nos toca vivir a cada uno...pero ya no me es posible. Te he conocido y mi amor es tan grande que mi vida ha dejado de tener sentido sin tu compañía, sin tus besos robados a través de las rejas de nuestro patio...nuestro nido de amor. Ahora entiendo que nací para tenerte y toda mi vida ha sido el camino hacia ti, pero, paradojas del destino, cuando te encuentro no puedo tenerte, gozarte. Ya todo carece de sentido, la vida en prisión me será imposible e incluso la libertad tan lejana se me hace insípida. Doy gracias a Dios por haberte encontrado, porque tu presencia ha dado sentido a mi vida, aun en estas circunstancias. Te pido que sigas escribiendo, haciendo felices a las pobres almas encerradas que sueñan con tus textos. A mí me tendrás en tus sueños. El mejor beso de mi vida es para ti. Juan”

 

Al día siguiente, Juan amaneció colgado de la barra de la ducha de la galería de internos de larga duración. Su cara tenía una dulce sonrisa y en su mano tenía una carta.

 

 

Fernando Manzanares

Revisado el 8 de octubre de 2008

**********

 

SE ME ESCAPAN

 

Se me escapan los Te Quiero,
ascienden por la garganta
desde el fondo de mi pecho.
Escondidos en suspiros
se exhalan con cada aliento,
eludiendo las cancelas
y los pestillos por dentro.

¿Por qué se quieren salir?
¿Cómo puedo detenerlos?
¿Quién los quiere para sí?
¿Acaso no soy su dueño?

Mas la sangre de mis labios
por los dientes al morderlos
se vuelve fiel compañera
desarmando al carcelero.

Como palomas altivas
van con destino certero,
contra los vientos del sur
navegan hacia tu puerto.

Cuando los veas llegar,
estés despierta o en tu sueño,
no los guardes vida mía,
envíamelos de nuevo,
que bajo letras tan dulces
hay un potente veneno.

Yo veré de aprisionarlos
bajo cien llaves de acero,
que sólo se los daré
a quien, bajo juramento,
me los pida para ti
y se merezca tus besos.

 

********

 

SE NOS DESANGRA




Se nos desangra el amor, gota a gota,
encerrado entre los filos del miedo.
¿Porqué contener, porqué ese hablar quedo
si de ansias de gritar mi alma explota?

Aun recuerdo tu mar y tu gaviota
y sueño con mi brindis en el ruedo.
A un tiempo de esperanzas retrocedo,
¡Se reía la sangre que ahora brota!

Mientras la noche llora nuestra ausencia,
se enmudece la mano creadora
y el dulce verso, herido, se silencia.

¡Ay mi dolor, ¿que toca hacer ahora
si al pedir de tus besos la asistencia
aún afilo la navaja agresora?

 

***********

 

RECORDARÉ


Recordaré cada uno de tus besos,
en su misma esencia, diferentes,
tus labios rojos, ávidos y ardientes
buscando mi piel, sabor espeso.

Y recordaré la luz de esa mirada,
ojos sabios, presencia del divino,
que gozaron mostrándome el camino
al rincón más sutil de tu morada.

Boca y ojos ocuparán mis sueños
y mis manos buscarán en mi cuerpo,
para encontrar el vacío de tu empeño.

Se alejará tu huella en el desierto
y tus labios verán al fin su dueño,
más entonces, mi amor, yo ya habré muerto.

 

*************

 

Paseo a solas I (seudo-tankas)

 

Afortunada,
la paloma del parque
volverá a verte,
lo adiviné en sus ojos
y ella me vio llorar.

Parque tallado
por la mano del hombre,
¡que bella estampa!
Nunca vi a los cipreses
jugar a enamorados.

En la cascada
no hay sonidos del agua
hace ya tiempo.
Un niño lo contaba:
volverán con un beso.

*********

 

Paseo a solas II (seudo tankas)

 

Quizás el viento
sople ahora diferente,
aquella vez
las olas se acercaban
rindiéndose a mis piés.


Largo el camino
al andar los lugares
sin tu presencia.
No había dimensión
cuando me acompañabas.


Ahora lo sé,
el hermoso rincón
era una luna
que robaba tu luz,
porque es piedra sin ti.

***********

 

CUENTO

 

BAGDAD

(Memorias de un médico)

(Texto ganador del Reto 11 Prosa )


Estoy acostumbrado a la muerte, la conozco bien y la reto a diario. Sé lo frágil que es la vida cuando, tozuda, en un suspiro se escapa de entre mis manos sin poder evitarlo. Me impresiona aún el tránsito, ese instante fugaz que separa el pálpito de la nada. Desconozco lo que hay más allá, pero he visto ante mí la carne muerta, yerma e inútil y me he llegado a convencer de que no podrá haber resurrección. No soy un hombre religioso y si lucho por mantener vivos a mis hermanos es por mi devoción al oficio para el que nací. No puedo describir la satisfacción que siento cuando devuelvo el latido a un corazón. Ese es mi destino y me acompañará hasta mi propia muerte.

Estuve ejerciendo en el hospital del barrio norte de Bagdad, donde nací, hasta el año 2006 en que abandoné para irme a trabajar en Amman para una compañía médica holandesa. Los últimos tres años luché contra la muerte de forma desigual, ella me vencía fácilmente, sonriente al ser invitada por los hombres, mis hermanos. Allí viví la impotencia ante tanta sangre inútil y gratuita, como si se hubiese olvidado que hemos nacido para mantenernos vivos y esperanzados, cuidando de nuestros padres y de nuestros hijos. Como si de repente la lucha por la vida se hubiese sustituido por una lucha por la muerte.

Cada mañana llegaba una camioneta cargada de cuerpos mutilados, vivos y muertos, todos juntando sus sangres. Me duele aún en los oídos el pálido silencio de los pasillos del hospital cuando sonaba el claxon creciente y continuo por la Avenida de los Mártires y se detenía en la puerta principal. Los miembros desgarrados y desordenados de hombres, mujeres y niños llegaban en sucesivos envíos macabros y se abandonaban a la espera de sus dueños… no había nada que hacer, excepto llorar de desesperación. La noble lucha por la vida dejó de tener sentido para mí.

Maldije una y mil veces a los hombres que alentaban en nombre de Dios tanta destrucción, tanta negación del ser humano. Maldije a los hombres imbéciles e ignorantes que mataban y morían en un empeño adverso a nuestra propia esencia. Maldije…

No me fui huyendo de la sangre, sino de la derrota del hombre. Ahora vuelvo a luchar contra la muerte de igual a igual, pero hay días en que ya no creo en mi trabajo.



Dedicado a todos aquéllos que apuestan por la vida.

 

 

 

 

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